A diferencia de los inyectores de gasoil, los inyectores de gasolina no suelen presentar averías tan frecuentes. Aún así, no es inusual que debido a la calidad del combustible o la falta de algún mantenimiento periódico, sufran anomalías. Se subsanas rápidamente reparando el inyector (si hay fallo en la tobera) o sustituyéndolo por uno nuevo.
Para no ocasionar problemas a medio plazo en el motor, solo se deben montar inyectores originales.